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Las claves para el uso óptimo del barbijo como barrera contra el coronavirus

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Especialistas recomiendan cómo usarlo correctamente y derriban mitos acerca de los que traen válvulas. Qué pasó en el supercontagio del coro de Estados Unidos. El papel de la ventilación cruzada que evita la circulación los aerosoles de la respiración en sitios cerrados.
 
Lo único que nos enseñó con certeza el coronavirus, a un año y medio del inicio de la pandemia, es que la única forma de cuidarse es respetar medidas básicas: distancia social, lavado de manos y uso de barbijo o tapaboca. Sin embargo, este último se volvió un objeto fetiche para quienes, altamente desinformados, descreen de la enfermedad e imaginan raros complot sin ningún tipo de sustento real.
 
El nombre cubre o tapa boca tal vez no ayuda a la percepción. Quizá, con mejor marketing, podría haberse llamado protege boca, lo que le habría hecho más justicia a su función: disminuir la posibilidad de contagio.
 
¿Por qué? es una barrera para los aerosoles (gotas de distinto tamaño) que emitimos cuando hablamos, gritamos, reímos, cantamos y tosemos.
Su uso reduce el riesgo de exposición, pero no lo elimina, como lo demostró el coro de Estados Unidos, Skagit. El grupo “se reunió, respetando la distancia, por dos horas y media a cantar; una persona estaba infectada y de los 60 participantes se infectaron 52, incluyendo quienes estaban 13 metros por detrás de la persona infectada”, describió el investigador español José Luis Jiménez. Los factores en contra fueron que el espacio no estaba ventilado, estuvieron mucho tiempo en el mismo lugar y cantando.
 
Este “supercontagio”, como lo llaman los expertos, demostró que todas las medidas deben ser tomadas en conjunto, para que funcionen. Por lo tanto, el barbijo abajo de la nariz es un descuido muy peligroso. También la creencia de que si usamos el tapabocas, podemos estar al aire libre y bajarlo, de vez en cuando, a tomar un mate.
“Si uno está en un parque y siente olor a cigarrillo y mira a su alrededor y ve que la persona que está fumando está a más de dos metros, significa que las condiciones atmosféricas no fueron suficientes para diluir el humo que está oliendo”, explicó el experto en calidad de aire y profesor de la Universidad Nacional de Colombia, Néstor Rojas, y agregó: “si eso pasa con el humo del cigarrillo lo mismo puede pasar con los aerosoles emitidos por una persona que contengan el virus”. Una vez más, se demuestra que sacarse el barbijo, aunque estemos al aire libre, no debería estar entre las opciones.
La médica infectóloga e integrante de la línea de bioseguridad del Ministerio de Salud de la provincia del Neuquén, Lucy Pérez, propone pensar escenarios. En la calle, si no hay absolutamente nadie, los barbijos no serían necesarios, pero el problema es que si nos cruzamos a alguien, podría contagiarnos o nosotros a él. Además, se incumpliría ley que en Neuquén impone multas de hasta $25.000 por no utilizarlos.
Quienes atienden comercios, consultorios o lugares similares, deben tenerlos puestos todo el tiempo, incluso cuando no hay otras personas. La única excepción es si hay muy buena ventilación, porque que no se acumularían los aerosoles, y no hay nadie más en el espacio.
Un escenario especial es el del supermercado o cualquier espacio similar, que sea cerrado y con mucha gente. En estos casos, Pérez recomendó usar un barbijo quirúrgico.
La infectóloga, además, aclaró qué pasa en los dos únicos países del mundo que retiraron la obligación de usar tapabocas. Israel ya no sugiere que se use porque tiene un “altísimo porcentaje de vacunados”, que ronda el 80%. En Estados Unidos, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades sugirieron que los vacunados no usen barbijo. Esto trajo una gran discusión porque la vacuna evita que la enfermedad no se agrave, pero no el contagio o la posibilidad de transmitir el coronavirus.
Con todos estos datos queda claro que hasta que no se avance a una inmunidad comunitaria, con la mayor parte de la población vacunada, los tapabocas seguirán siendo parte fundamental de nuestros días.
Las recomendaciones para los más chicos
El uso de los tapabocas en niños y niñas es complejo. Para tener mayores definiciones, la Organización Mundial de la Salud convocó a expertos que analizaron lo que se sabe hasta el momento del coronavirus y los pocos estudios sobre el tema.
Junto a Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), definieron recomendar que el uso de barbijos no debe ser obligatorio para menores de cinco años “en aras de la seguridad y el interés general del niño y dada su incapacidad de utilizar adecuadamente una mascarilla con una asistencia mínima”.
En cambio, cuando se trate de un niño de 12 o más, debe utilizar el tapabocas como los adultos.
Para la franja de los 6 a los 11 se hicieron observaciones particulares. Los criterios para decidir el uso: la transmisión generalizada en el área donde reside; su capacidad para utilizar la mascarilla de forma segura y adecuada; el acceso a las mascarillas, así como su lavado y cambio en determinados lugares (como las escuelas); la supervisión adecuada de un adulto y las instrucciones para el niño sobre cómo ponerse, quitarse y llevar puesta la mascarilla de forma segura; las posibles repercusiones de llevarla puesta sobre el aprendizaje y el desarrollo psicosocial, en consulta con el personal docente, los padres o cuidadores y los proveedores de servicios médicos; los entornos e interacciones específicos del niño con otras personas que corren un alto riesgo de sufrir una manifestación grave de la enfermedad, como las personas mayores y las que tienen otras afecciones de salud subyacentes.

 
No debe entrar luz por arriba de la nariz
La clave fundamental para que un barbijo o tapabocas funcione es que se ajuste bien a la cara, explicó la infectóloga Lucy Pérez.
“Si entra luz por encima de la nariz y las mejillas se escapa el aire”, detalló. Aún se está estudiando qué pasa en el caso de las personas que usan barba, pero se sabe que, en principio, deben cumplir con esta regla y que el ajuste sea sobre la piel y no sobre el pelo, para que no haya fugas.

La médica aclaró que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos consideran que es correcto usar un barbijo de dos capas, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda, siempre que sea posible, el uso de los de tres capas.
El material de las capas también es importante. Por dentro deben ser de algodón, para absorber, y por fuera de alguna tela con poliéster, que no sea permeable.
Pérez también puntualizó que usar dos barbijos al mismo tiempo no protege más, que pueden servir para ajustar, pero se corre más peligro de que se muevan y es peor, porque es como no tener ninguno.
Otro punto a tener en cuenta es que el tapabocas debe cambiarse cuando se humedece, aunque se esté usando un papel absorbente por dentro.
Los “no” importantes son las válvulas y las máscaras faciales. Las primeras, en caso de los barbijos medicinales que las tienen, solo protegen a quien los usa, pero lo más habitual es que permitan el paso del aire sin filtrado, por lo que no protegen a nadie.
Las segundas solo le sirven al personal de salud para evitar que el barbijo de alta eficiencia se manche, pero en general, “permiten el paso del aire por cualquier lado”.



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