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El femicidio de Patricia Rdríguez. Un caso policial que conmocionó a la región

Durante 2022 hubo varios casos que conmovieron a la región. El crimen de Patricia Rendón Rodríguez, una joven comerciante de 31 años, tuvo varios condimentos para que la comunidad siguiera atentamente el desarrollo de los hechos. Primero, cuando se desconocía el paradero de la mujer y la búsqueda parecía una dramática carrera por su vida. Después, el sentido llamado que su novio realizaba por las redes sociales desde Italia, rogando que no le hicieran daño. Y más tarde, con la aparición de su cuerpo en un descampado ubicado a 70 kilómetros de la ciudad, la detención de su ex pareja, Fernando Cronenbold, por el delito de femicidio agravado por alevosía. Un asesinato que lo puede mantener de por vida tras las rejas.

Fernando y Patricia eran de Santa Cruz de la Sierra, la provincia más rica de Bolivia, donde la explotación petrolera es una de las principales actividades. Los 12 años de diferencia no fueron obstáculo para que naciera el amor entre ellos, y tomaron la decisión de buscar un nuevo destino muy lejos de las familias. A 2.715 kilómetros hacia el sur se encontraba el centro hidrocarburífero de Catriel, donde finalmente se radicaron.

Al principio todo parecía bien encaminado. La pareja tuvo una hija y se fue adaptando a las diferencias culturales que encontraban en las nuevas tierras. Pero con los problemas económicos aparecieron otras dificultades. Fernando comenzó a tener episodios de abuso de bebidas alcohólicas y de otras sustancias, momentos en que golpeaba o maltrataba a su esposa. Hubo una primera separación, que intentaron superar en su momento, hasta que Patricia decidió que ya no había lugar para más.

Mientras Fernando continuaba con su emprendimiento de servicios para la industria petrolera, Patricia buscaba una nueva vida como comerciante: abrió una venta de prendas femeninas y le dio el toque personal, apuntando a mujeres de 30-40 años, con poder adquisitivo y que quiere estar a la moda.

Para eso tenía que viajar a Buenos Aires, recorrer las distribuidoras y las grandes cadenas de comercialización. En uno de esos periplos conoció a un turista italiano que le hizo repensar su futuro. Patricia y Francesco Nuvolari vivieron un apasionado romance y al poco tiempo estaban pensando en profundizar la relación.

El martes 28 de junio, Patricia tenía previsto viajar a la capital federal para retirar la visa que le permitiera ingresar a Italia. Había contratado hasta el remise que la llevaría desde Catriel hasta el aeropuerto de Neuquén. Muy temprano, alrededor de las 7 de la mañana, durante una video llamada con Franceso le advirtió que su ex pareja había llegado de repente. “Después te llamo”, prometió la mujer.

Algunos testigos los vieron dejar a su hija, de 7 años, en la escuela pública a las 7.50 aproximadamente. Por el recorrido de los celulares, captados por las distintas antenas, se pudo reconstruir que fueron juntos hasta la vivienda de Cronenbold. Con alguna excusa la convenció de bajar y de continuar dialogando en el interior. Allí la mató. El primer golpe, realizado con un objeto contundente que bien pudo ser un hierro, fue sobre la frente y destruyó el hueso frontal y parte de la zona de los ojos. El segundo, cuando ya estaba cayendo, fue sobre la región occipital.

Con una brutal sangre fría, Cronenbold salió de su casa y fue hasta el comercio de su víctima para dejar la llave a la encargada. Después retornó a la casa y estuvo trabajando en el taller – ubicado en la parte posterior -, hasta el mediodía, con el único empleado que tenía. Más tarde se despidió de su ayudante e ingresó al living de la vivienda. Envolvió el cuerpo con un rollo de papel filme y lo cargó en el baúl de la Renault Fluence, para dirigirse a la zona de Medanito. Varias horas permaneció en ese sector, mientras se intensificaba el operativo de búsqueda de la mujer.

Al caer la tarde, el hombre fue arrestado por intentar eludir un control policial en el ingreso a la ciudad petrolera. Luego de varias horas de estar demorado, terminó quebrándose y guio a una comisión policial y al fiscal jefe Gustavo Herrera hasta el lugar donde había enterrado a Patricia. Un desolado sector en medio de la estepa, a 200 metros de la ruta 57.

Durante una audiencia de control, Fernando Cronenbold afirmó ser inocente; y que el crimen había sido obra de dos “sicarios con tonada colombiana”, presuntamente por una importante deuda. Mencionó a “un comando” del narcotráfico. Y que sabía donde estaba el cuerpo porque lo obligaron con amenazas a acompañarlos y a enterrarla en ese lugar. Hasta el momento, nadie le creyó ni pudo presentar alguna prueba que le diera verosimilitud.

Cronenbold permanece detenido con prisión preventiva. Un jurado popular deberá evaluar el cúmulo de pruebas y contrapruebas que se presentarán, supuestamente, entre febrero y marzo del año que viene.



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