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Por problemas con las importaciones, podrían faltar salchichas y salamines en el país

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Actualmente hay una gran cantidad de trabas para quienes quieran importar y esto lo realiza el gobierno, para administrar las reservas del Banco Central.

Ya hay problemas para importar neumáticos, repuestos para autos, baterías, zapatillas, café, productos de marroquinería, cosméticos, pisos cerámicos y flotantes, suelas para calzado, y también artículos de venta en farmacias como la loción para bebés Cetaphil, tiras nasales «respira mejor», antisépticos y algunos artículos valorados de marca extranjera.

Puede sumarse la escasez o directamente el faltante de salchichas, salamines, pañales y vasitos de plástico, productos que tienen que ver con los sectores de chacinados, químicos y petroquímicos, por la falta de insumos para la producción.

«Se complicó mucho la importación de materia prima e insumos», dijo Gustavo Lazzari, presidente de la Cámara Argentina de la Industria de Chacinados y Afines (Caicha). La producción porcina local no alcanza a abastecer al sector, que importaba 7% de la carne porcina de Brasil.

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Martín de Gyldenfeldt, gerente de Caicha, precisó que toda la industria de chacinados está en riesgo. Nada menos que 25 insumos, precisó, deben importarse «sí o sí», por lo que anticipó el cierre de algunas líneas de producción.

Sobre SIMI

El gobierno fue complejizando el «Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones» (SIMI) con medidas como imponer topes del tipo «valor importado en 2020 más el 70%”  o «valor importado en 2021 más el 5%», que en gran parte de los casos implica restringir las cantidades importadas, y la exigencia de conseguir crédito comercial a 180 días, algo muy complicado dada la escasez de crédito, el alto riesgo-país y la altísima incertidumbre cambiaria.

Del cruce de ese tipo de restricciones surgieron categorías como las SIMI A (se pueden importar sin la exigencia de financiar a 180 días), SIMI B (se pueden importar a salvo de la exigencia de financiación hasta el mínimo de los valores entre compras de 2020 más el 70% y compras de 2021 más el 5%; con la complicación adicional de que según el momento del año en que se pide la autorización se deben usar promedios mensuales y al importador pueden detraer de ese valor pagos hechos por otros conceptos, como importación de maquinaria) y SIMI C, en las que el límite de la exigencia de financiación no es el mínimo sino el máximo de las dos referencias.

Insumos y productos finales

 

Tanto el aluminio, resinas plásticas y productos químicos como poliestireno y polipropileno se producen en el país, con lo cual pasó a ser más fácil y mejor negocio importar el producto final de lo que los productores locales pueden importar algunos insumos para hacerlos localmente e incluso exportarlos. Una realidad a contramano del discurso del “valor agregado” y la “patria exportadora”.

Esos productos químicos se usan, a su vez, en la producción de pañales descartables, paragolpes, vasos de plástico, moldes y envases de distinto tipo.

Las empresas agrupadas en la Cámara de la Industria Química y Petroquímica deben haber hecho algunas gestiones para corregir esas anomalías, porque el jueves pasado el BCRA sumó a la maraña regulatoria la Comunicación A 7553, cuyas disposiciones más importantes fueron resolver los reclamos de quienes tenían ya importaciones contratadas e incluso embarcadas cuando el gobierno decidió esconderles los dólares



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