NOTICIASSOCIEDAD

Sociedad. Cuando el árbol genealógico nos sana

This content has been archived. It may no longer be relevant

¿Qué sucede cuando las vivencias y experiencias que atravesaron nuestros antepasados recae sobre nosotros?  – Por Sofi Astudillo.
Nuestros antepasados nos observan. Todo lo ocurrido en el Clan familiar queda latente en el tiempo, despertando síntomas, alertas que nos ayuden a ver que algo sucedido en ésta constelación familiar, aun persiste, y más fuerte que nunca. Familia biológica, adoptiva, no importa la constitución que sea, las vivencias quedan alojadas en la memoria colectiva de igual manera.
¿Qué sucede cuando las vivencias y experiencias que atravesaron nuestros antepasados recae sobre nosotros?
Ocurren enfermedades, síntomas, nos entristecemos, actuamos de una manera determinada o nos suceden situaciones que no comprendemos bien.
Los miedos, la hambruna, los abusos o las traiciones que se dan en un clan familiar, pueden afectar a próximas generaciones hasta que un integrante de la familia decida hacer luz esa “mancha” en el árbol, eso no dicho, eso sufrido, tapado y sepultado. Años de escasez y hambruna –por ejemplo- puede afectarnos en nuestra economía hoy, constituyéndonos como seres mezquinos y tacaños. Una tatarabuela violada, puede afectarnos en nuestra manera de vincularnos sexualmente con otros en la actualidad.
Cuando el integrante de la familia que decide “trabajar” su árbol empieza a profundizar en sus antepasados, se empieza a remover toda esa superficie y comienzan a emerger fragmentos de la historia familiar, muchas veces olvidados.

Tomamos esa información y la procesamos, intentando comprender lo que nuestros antepasados atravesaron, y así uno lentamente comienza a sanar, sanando a su vez el árbol, el clan. Es por ello, que las vivencias pertenecientes al clan no hay que vivirlas como una condena, los síntomas incluso físicos que tenemos, que luego detectamos que provenían de una vivencia antigua de un familiar como pudo ser nuestra abuela, o bisabuela, nos viene a enseñar, que todo lo que se gesta en un clan familiar, persiste a través del tiempo y el espacio, como símbolo de unidad e inconsciente familiar colectivo.
Que nada de lo que transcurre en nuestro árbol genealógico nos es ajeno. Y que lo que forjaron aquellos que estuvieron antes que nosotros, siempre repercutirá de alguna manera en nuestra vida presente.
PERO SIEMPRE, SIEMPRE, LA FINALIDAD SERÁ SANAR; EL HOY Y EL AYER.
Nada puede cambiarse, pero si puede reconstruirse un nuevo presente a partir de las vivencias que los que estuvieron antes que nosotros nos dejaron de base.
Todos estos procesos se dan gracias a las nuevas investigaciones en materia de Psicogenelaogia, Transgeneracional o Constelaciones familiares, terapias que abordan este tipo de temáticas.
¿Conoces bien la historia de tu Clan Familiar?
Te invito a que de a poco puedas configurar tu propio Árbol, que en definitiva, hacen a tu propia identidad.
 

MINI BIOGRAFIA
Sofi es Psicóloga Social ha dedicado su vida al Mundo Holístico y lleva formando más de 6500 Terapeutas en diferentes disciplinas, en Argentina, España y Latinoamérica. Fue Panelista en un programa televisivo y también trabajó en 2 emisoras radiales. Sus años de trayectoria le permitieron crear técnicas propias, cursos y capacitaciones vinculadas al Bienestar y a la Integración de Terapias, a través de su presidencia en la Fundación Gaia.
Actualmente es miembro activo del Consejo Latinoamericano de Hipnoterapeutas, formadora de Terapeutas y fundadora del Movimiento Humano Cuántico.
Es madre, esposa, ha recorrido más de 14 países y vive con un pie en Argentina y otro en España.
Podés saber más de ella en:
www.sofiaastudillo.com
www.humanocuantico.com
Facebook: Sofia Astudillo Terapeuta
Instagram: sofi.astudillo.oficial 



Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

[Fancy_Facebook_Comments]














Botón volver arriba

Bloqueador de anuncios detectado

Por favor, considere ayudarnos desactivando su bloqueador de anuncios