¿Sos hipertenso?: cómo saberlo y evitar graves riesgos

Sólo la mitad de los hipertensos está diagnosticado. La Hipertensión es la primera causa de accidente cerebrovascular (ACV) y afecta al corazón. Hoy es el día mundial.
Detrás de las enfermedades que habitualmente ocupan un lugar central en la agenda pública, hay patologías y factores de riesgo que tienen un impacto silencioso pero constante en la salud de los argentinos. La hipertensión arterial (HTA) es un claro ejemplo: apenas la mitad de los pacientes está diagnosticado y muchos de ellos no cumplen correctamente con los chequeos médicos recomendados para mantenerla bajo control.
Los números hablan por sí solos. Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgos (ENFR) y los datos arrojados por los estudios del Registro Nacional de Hipertensión Arterial (RENATA 1 y 2), cerca de un tercio de la población adulta de la Argentina es hipertensa.
La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente y afecta a 1 de cada 3 personas adultas. Se produce por el aumento, sostenido en el tiempo, de la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
Es una enfermedad que generalmente no da síntomas y, si no se diagnostica y no se trata, provoca frecuentemente complicaciones graves como el infarto de corazón, el accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño renal.
Se dice que la HTA es multifactorial porque está determinada e influenciada por muchos factores distintos. La herencia (padres o hermanos hipertensos), la edad (con el paso de los años la posibilidad de ser hipertenso aumenta mucho), la obesidad, el consumo excesivo de sal, el consumo excesivo de alcohol, fumar, el uso de prolongado de algunos medicamentos (corticoides, descongestivos nasales, analgésicos) y la falta de actividad física, son algunos de los factores que provocan HTA.

¿Cómo se detecta?
La única manera de detectar la HTA es mediante su medición con un tensiómetro y en condiciones adecuadas. Al ser un problema silencioso y sin síntomas, muchas personas tienen la presión arterial elevada durante años sin saberlo.
La alimentación poco saludable y el sedentarismo, asociados al aumento del sobrepeso y la obesidad, contribuyen fuertemente a que las cifras de prevalencia se mantengan en el tiempo, e incluso muestren una leve tendencia en alza.
Es por eso que esta nueva edición del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemora cada 17 de mayo por una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, representa un momento ideal para difundir información sobre esta patología y fomentar las pautas de prevención y control.
Por qué se genera la hipertensión arterial
Se conoce como hipertensión arterial al aumento sostenido de la presión arterial a valores iguales o mayores a 140/90 mmHg. Es decir, lo que habitualmente conocemos como 14/9 cuando realizamos una medición de rutina. “Es una enfermedad y a la vez un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, neurológicas y renales. De acuerdo con diferentes análisis la presencia de HTA es la primera o segunda causa de morbimortalidad en la población mundial”, advirtió Pablo D. Rodríguez (MN 75816), jefe de la Clínica de Hipertensión Arterial del Instituto Cardiovascular.
Para poder diagnosticar a un paciente como hipertenso se deben obtener 2 mediciones ambulatorias de la presión en las cuales se registre una presión igual o mayor a 140/90mmHg.
Enfermedad cardiovascular
La mayor parte de esta morbimortalidad está asociada al impacto sobre la enfermedad cardiovascular, ya que se trata de la primera causa de accidente cerebrovascular y uno los principales desencadenantes de infarto de miocardio e insuficiencia cardíaca. Por otra parte, la hipertensión arterial junto con la diabetes, constituyen las dos principales causas de enfermedad renal crónica e ingreso a diálisis. En resumen: corazón, cerebro, riñón y arterias son los llamados órganos blanco de la HTA y los más comprometidos cuando la PA no está adecuadamente controlada.
Al ser una enfermedad asintomática, se ganó el triste se la apodó de “asesino silencioso”. Lo cierto es que hay una serie de síntomas o signos que se suelen vincular con esta condición, como por ejemplo la cefalea, el derrame conjuntival (ojo rojo), la epistaxis (sangrado nasal) o los mareos. Sin embargo, en la mayoría de estos casos, el aumento de la presión arterial no es la causa del síntoma, sino su consecuencia.
La foto que muestran las estadísticas disponibles en Argentina, en la que solo la mitad de los hipertensos está diagnosticado, es sólo el primer escalón del problema. El segundo obstáculo radica en que muchos de los que saben que son hipertensos no respetan los esquemas terapéuticos que les indican los médicos. “La adherencia es el Talón de Aquiles de los tratamientos crónicos. Se considera que, al año de la indicación, sólo el 50% de los pacientes cumple el tratamiento de acuerdo con lo indicado”, apuntó Rodríguez.
Quiénes deberían controlarse
La recomendación médica es controlar la presión arterial al menos una vez al año, a partir de los 16 años. Esto no excluye que los niños también deberían tener un control en cada visita al pediatra, ya que hasta un 10% puede ser hipertenso. En caso de que tener antecedentes familiares, lo mejor es aumentar la periodicidad de los chequeos.
Vale destacar que, desde hace varios años, distintas sociedades científicas recomiendan realizar los registros con equipos automáticos validados, que aportan una mayor precisión y evitan los errores frecuentes en el proceso de medición que se dan con los tradicionales equipos aneroides.
En cuanto al abordaje de esta enfermedad una vez diagnosticada, hay dos pilares fundamentales: los cambios en el estilo de vida y el tratamiento farmacológico. Entre los primeros, los más importantes son la reducción del consumo de sal (principalmente la contenida en alimentos procesados), la actividad física, mantener un peso adecuado y limitar el consumo de alcohol. Evitar el tabaco también es una recomendación en pacientes hipertensos, aunque su impacto en este caso es menor que en otras patologías.