El chip sexual pisa fuerte en el ambiente petrolero
Los hombres lo solicitan tras advertir ciertos problemas en sus performances íntimas. Las mujeres, en cambio, lo eligen para tener más vitalidad. Un fenómeno que crece.
«En la esfera sexual, hay una caída progresiva del deseo, que en el hombre está muy vinculada al descenso de testosterona. En la mujer también sucede con los síntomas de la menopausia, pero en el hombre es más sustancial. Esta baja de testosterona el hombre la nota en su actitud en la vida general -ven que no rinden como antes- y, esencialmente, en el sexo», postuló.
«La alternativa para ese tipo de pacientes es este chip que se coloca debajo de la piel para que segregue una medicación en forma diaria a lo largo de seis meses. Se trata de un implante muy chico que se llama pellets (pequeños comprimidos) con una droga biodéntica que se obtiene de las plantas. Tiene un tamaño de un granito de arroz y se insertan en la cintura Hay diferentes dosis según la necesidad del paciente y dura de 4 a 6 meses para luego reabsorberse», dijo y añadió que no requiere necesariamente de un periodo de descanso.
«Se puede usar de manera continua, depende de cada persona y de la respuesta que le de. En general, el que se lo pone y nota la diferencia, se lo vuelve a poner», indicó.
En cuando a los resultados, Sandoval puntualizó: «Ha demostrado mejoras en el deseo sexual. Es un excelente refuerzo para lograr una erección firme y duradera y un incremento de la frecuencia e intensidad del orgasmo».
No obstante, aclaró: «Si tenés una dificultad en la erección que viene desde hace diez años, por ejemplo, el chip no te va a resolver eso porque ese tejido seguramente esté francamente enfermo. El chip ahí no te va a aportar mucho, es para casos puntuales».
Más allá de los beneficios en el plano sexual, resaltó: «El implante también da más energía, otorga sensación de bienestar general. Mejora el humor, la memoria y las capacidades cognitivas. Favorece el desarrollo y mantenimiento de la masa muscular. Recupera la vitalidad de la piel y el cabello. Regula y mejora el metabolismo del azúcar y grasas». «Además previene la arteriosclerosis y, en la mujer, mejora los sofocos en la menopausia», agregó.
Al ser consultado sobre si existen personas que, por alguna cuestión, tienen contraindicado el chip, expresó: «Si tenés algún tipo de cáncer, una enfermedad pulmonar grave o cardíaca avanzada, o cualquier patología severa no te podés poner un chip, no sería conveniente. Pero no es lo más frecuente en las consultas que recibo. Quien está atravesando una enfermedad, no está pensando en ponerse un chip».
Debate y polémica
Recientemente un grupo de médicos salieron a manifestarse mediáticamente en contra del chip argumentando que no es un tratamiento recomendado debido a la falta de aval científico y de aprobación por parte de organismos regulatorios como, por ejemplo, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
En relación al tema, Sandoval manifestó: «Lo que está en discusión no es la indicación o contraindicación de la medicación, sino la presentación: el chip. Algunos no quieren el pellets, prefieren una inyección o una pastilla. Yo lo que noto es que con el chips llegás a los seis meses, un período de tiempo que no se logra con las otras presentaciones comerciales actuales del mercado». «Más allá de eso, de la presentación, la indicación de la medicación es clara, aunque sí quedan pasos a seguir con la ANMAT», dijo y vinculó la polémica a una puja entre laboratorios de la industria farmacéutica.
>> Precio y la demanda en la región
«En Neuquén el chip está teniendo mucha demanda. Hay gente que les es costoso, pero hace un esfuerzo para tenerlo porque sabe que los resultados son buenos. Eso llama la atención, al igual que la gente del interior de la provincia que viene a Neuquén Capital a colocárselo. Luego está la gente del petróleo, que tiene otro poder adquisitivo y acceden rápidamente sin ningún problema, sin dar muchas vueltas. Este es el sector que más demanda, en especial los hombres», aseguró.
Acto seguido, destacó que actualmente el producto «se vende solo» y que «da cierto estatus, por decirlo de alguna forma». «Entonces la gente que puede pagarlo, no da vueltas», remarcó después de precisar que el valor actual del implante ronda los 100 mil pesos -en el caso de las mujeres- y los 160 mil pesos, en el de los varones, dado que requiere una fórmula diferente.
«Al ser hombre tengo más llegada a ellos y veo muchas disfunciones sexuales», sostuvo Sandoval al diferenciar que los varones suelen llegar a la consulta para plantear dificultades en la erección o pérdida de deseo, mientras que las mujeres se acercan a preguntar por el chip con la idea de mejora de su calidad de vida.
«Tengo una paciente de 70 y pico que usa el chip para tener un plus de energía, para evitar tener dolores y tonificar los tejidos. Desde que comenzó a usarlo clínicamente mejoró mucho. Ella no lo usa con un fin sexual, sino que la búsqueda de esta alternativa tiene que ver con sentirse mejor, con tener mejor calidad de vida», argumentó.
Con diez años de experiencia en la materia, Sandoval hizo hincapié en los cambios que se vienen dando en cuanto a la actitud y preocupación de los neuquinos respecto a su sexualidad.
«La gente se anima a preguntar, antes no lo hacia. Esto se notó mucho en los últimos cuatro años y en la postpandemia. Después de haber atravesado una situación crítica, salieron del encierro con la idea de compensar todas las cosas que tenían ganas de hacer, entre otras cosas la sexualidad que en muchos casos estuvo un tanto relegada», manifestó.
«Creo que la virtualidad y la videollamada – en particular- como primera consulta para quienes tienen cierto pudor o timidez, fue fabulosa. Hay gente que le cuesta estar cara a cara contándote un problema. A través del teléfono te das cuenta que es otra cosa», enfatizó y añadió que esa suele ser la puerta de entrada de muchos pacientes que luego llegan en forma presencial a su consultorio.
«Creo además, que en los últimos años se han modificado los paradigmas. Antes uno trataba a los pacientes enfermos. Ahora, en cambio, hay herramientas para prevenir o tratar algunas dolencias o cuestiones a cambiar, apenas se advierten. No hay que esperar a que todo el cuerpo se deteriore para hacer una consulta, ese seria el enfoque actual. La idea es mantener la vitalidad de los tejidos el mayor tiempo posible y, en ese marco, el chip es una propuesta», concluyó.
(LMNeuquén)